Siete días con mi superestrella favorita. Capitulo 18.

Siete días con mi superestrella favorita. 

Capitulo 18: Como acabaste aquí. 

Me desperté con el sonido del teléfono de Ross. Era una llamada desconocida y miré el número. Era el de mi móvil. ¿Como tenia yo el móvil de Ross? Si yo tenia el suyo el tendría el mio. Pero anoche el no traía su móvil. ¿Como lo tenia yo? Deje de preguntarme y lo cogí. 

-Buenos días niñera.- La voz de Ross sonaba divertida.

-Buenos días, por casualidad, ¿no sabrás que hago yo con tu móvil?

-Te lo he cambiado. - dijo riéndose. Ross debía tener el móvil al mínimo porque se escuchaba muy bajito.

-¿Como? -Le dije mas bien que por saberlo fue por que apenas lo oía. 

-Espera que te lo cuento.

Puse el altavoz del móvil y lo coloque encima de la cama. Me levanté y algo me agarro por el tobillo. Salte y grite del Susto. Me subí de nuevo a la cama. Ross salió de debajo de la cama llorando de la risa. 

-¡Ross! ¿¡que haces aquí!?

Ross se puso de pie y de la misma rabia agarre la almohada.

-Ahora verás.- le golpee con todas mis ganas.

Salí corriendo por toda la habitación detrás de el golpeándole con la almohada.

-Au ¡eso ha dolido!-dijo Ross riéndose como un tonto.

-Pues si te ha dolido ahora verás. ¡No me asustes más!

Otra vez le volví a dar y el salia corriendo. Menos mal que la habitación era grande. Estuve, sin darme cuenta, derramando el relleno de la almohada por todos lados. Cuando la almohada se vació Ross la tomó conmigo. 

-¡Ahora me toca a mi! Ven aquí.- ahora la que corría era yo. No quería que me cogiera. 

Me subí a la cama de nuevo y el se quitó los zapatos y subió a por mi. Me cargó y me tiró en la cama. 

-Ahora si que no se te me escapas.- Ross me hizo cosquillas y no podía parar de reír. 

-Para ya que no puedo respirar. - Le dije a Ross casi sin aliento.

El me dejo y me levante a coger el cojín del sillón y le di de nuevo. 

-Ahora contéstame, ¿Que haces aquí?

-Ehh, ¿crees que ese golpe quedará impune? - Ross intentó cogerme de nuevo pero fui mas rápida que el. El estaba de pie y yo sentada. Me abalancé encima de el y lo tiré a la cama y le hice cosquillas. 

-No voy a parar hasta que me lo digas. 

-Esta bien, te lo diré, para ya.- yo había ganado.

-Te llame por el walkie esta mañana pero no contestabas. Pasó la señora de la limpieza y  le dije que me había quedado fuera. Ella me abrió la habitación.

-¿Cuanto llevas aquí?

-Como una hora o algo más.- Sus ojos me decían que eso no era verdad.

-¿Y no me has despertado antes?

-Ya te lo dije, me gusta verte dormir. 

-¿Que hora es? 

-Las doce y media. 

-Algún día me vengaré. - le dije soltando el cojín.

-No creo, soy el señor de las bromas. 

-Pues te has topado con la persona equivocada para gastarle una broma. 

-Ya, claro. 

-Voy a vestirme. Quedate aquí y no te muevas. 

-¿Puedo elegir tu ropa?

-¿Que? ¿Por que? 

-Siempre te veo con la ropa suelta. Me gustaría verte con algo, no sé, diferente.

-No, yo elegiré mi ropa. 

Entré en el baño y eché el pestillo, no me fiaba de Ross. Cuando salí él estaba sentado donde mismo. 

Me puse esto 

-¿Puedo entrar en el baño? 

-Claro. 

-Ehh aquí no veo maquillaje. 

-No uso maquillaje. Mi piel no lo soporta. 

-Ahora lo entiendo. 

-¿El que? -Habia perdido el hilo de la conversación.

-Rydel tiene la piel roja después de los conciertos, pero creía que era por los focos. 

-Ahh, eso. Puede que tanto maquillaje le pase factura. Una pregunta, ¿para que querías el maquillaje? 

-Yo para nada. Pero estoy acostumbrado a que la tabla del espejo esté llena de sus maquillajes. 

-Ahh vale. 

Volví a mirar mi móvil. Estaba bajo de batería. Todas las noches lo ponía a cargar pero anoche no me acordé con tanto llanto. Lo puse a cargar. 

-Creo que tendremos que quedarnos aquí lo que queda de mañana. 

Mientras Ross salia del baño cogí un folio y el lápiz del escritorio. Empecé a trazar líneas al azar. 

-Pues algo tendremos que hacer mientras. -dijo Ross.

No me di cuenta de que Ross salia del baño. Estaba tan concentrada en el dibujo que me asusté cuando me tocó. 

-¿Que qué estas haciendo? 

-Nada. Trazando lineas con el lápiz. 

-¿A ver? 

-Ross son solo líneas. 

-Ponte aquí y quedate quieta intentaré dibujarte. 

-Espera.- Cogí el móvil y me puse los cascos. 

-No quiero que me mires. Ponte al lado de la ventana. Es mas fácil así. 

-Esta bien. - Me puse al lado de la ventana con la silla mirando hacia fuera. Me pasé un rato quieta, pero ya no aguantaba más. 

-Paremos un rato. Me duelen las piernas de estar sentada. - le dije a Ross.

-Pues en la oficina aguantas más sentada. 

-Eso es lo que tu crees. Tengo una pequeña radio y me relajo un poco. Pero está escondida de mi jefe en la mesa del lado de mi taquilla. 

-Vaya, chica lista. - eso me hizo sentirme orgullosa.

-Claro. Ross, ¿puedo hacerte una pequeña pregunta? 

-Si te pones otra vez en tu sitio si. - Me senté de nuevo.

-¿Como acabaste aquí? 

-Eso me preguntaba yo hasta que te ví en la oficina. Pero yo venia para quedarme en (ciudad 1). Mi avión aterrizó en (la capital) y tenia que coger otro avión hacia (ciudad 1). Pero en el aeropuerto vi a un fotógrafo de una revista famosa y sabía que me seguiría. Así que les pregunté a las azafatas de las ventanillas si podría cambiar mi billete hacia otro lado. Me dijeron que cual quería. Este era el único sitio que no conocía, así que me dirigí hacia el aeropuerto de la ciudad de al lado y cogí un taxi. Le dije que me llevara a un hotel tranquilo y aquí estoy. 

-Una historia interesante. 

 Pasamos un rato en silencio. Me dio tiempo de pensar en lo increíble que era que mi súper estrella favorita estuviera en mi pueblo, y más aún que estuviera a mi lado ahora mismo. También pensé en todo lo que habíamos pasado en cuestión de tres días. En fin, casi me besa, varias veces, durmió conmigo, o eso creo. Habíamos estado toda la mañana jugando como quién dice. Nos habíamos pasado mucho tiempo juntos y anoche, bueno anoche fue raro. Andrea dice que es evidente, pero yo no lo veo así. ¿Sera verdad que Ross esta enamorado de mi? No, eso es imposible. En fin, solo soy, no pude suprimir una risa, solo soy su niñera. Pero yo no veo que este enamorado de mi. Solo soy una amiga. Eso creo. Si es tan evidente, ¿Por qué yo no lo veo?


Eché un vistazo a Ross. Estaba fijo en el folio. Tenía el labio mordido, se veía tan sexy. 

-¡No me mires!- vaya me había pillado.

-¿Porque? 

-Tu solo no me mires. 

-Ahh y tu si me puedes mirar cuando duermo. 

-Eso es diferente. -Ross se tapó la cara con la hoja del dibujo. 

-Pues yo no lo veo diferente. -Me levanté y le descubrí la cara. Ross estaba rojo. 

-Ehh, ¿que te pasa? 

-Nada, es que de repente no me he sentido bien.

-Ohh, ¿por algo que dije?

-No, no te preocupes. - Ross seguía rojo.

-Bueno, quizás un beso y un abrazo me ayuden. - Me levanté y lo abracé. Nos quedamos un rato así.

-Ya estoy mejor pero me falta el besito. -Dijo señalándose la mejilla.

-Te lo daré si me dices lo que hiciste la otra noche. 

-Pues entonces puedo esperar por ese beso.

-¿Porque no me dices por que te quedaste conmigo anoche? 

-Tal vez algún día te lo diga. 

-Eso no es justo.

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Hey aquí un nuevo capitulo. Este va dedicado a Elisabeth. ¿Te parece bien? La parte del giro no es muy evidente pero lo hay. 

¿Que creéis que hará Ana? ¿Se vengará de la broma? O que creéis que vais a hacer. 

¿Cuanto tiempo creéis que llevaba Ross en la habitación?

No hay forma de sacarle información a Ross. Ni siquiera con un beso. . .

Bueno comentaros que mañana un capitulo nuevo y hago algo así como un maratón. 

Besitos a todas las Rossers, R5ers y a la R5Family. :* :*

R5er 4ever!