Siete días con mi superestrella favorita. Capitulo 19.

Siete días con mi superestrella favorita. Capitulo 19: No debió hacerlo. 

-Lo que no es justo es que me estropees el dibujo. Mira hacia la ventana. - me dijo Ross volviendo al dibujo.

Para cuando Ross había terminado el dibujo era ya la hora de comer. 

-Te lo enseño después, ahora vamos a comer. 

Ross me cogió la mano y salio corriendo. Yo le seguía aunque no tuviera muchas ganas. El no soltaba mi mano. Entramos en la cocina. Nancy nos dio un cartucho de patatas fritas a cada uno. Cogimos un par de filetes y lo pusimos en el plato.

-Hay orden de arriba de que comáis dentro de nuevo.

-Dame, yo llevo los platos adentro. -Ross cogió mi plato y se fue. 

-Nancy, por casualidad no sabrías de quien es la orden, ¿no? 

Nancy me miró y agachó la cabeza. 

-Ana, lo sé. Y creeme, lo hago por tu bien. No te puedo decir de quien es la orden. Eso tendrás que descubrirlo tu misma. Ahora entra ahí y ve con ese hombre tan guapo que te está esperando.

Me quede bloqueada con la respuesta de Nancy. Esto solo me puso más nerviosa. Entré en la cocina con la cabeza agachada. 

-Hey, ¿Que te pasa? Mírame. 

-Nada, Ross no te preocupes. 

-Anda, ven aquí. 

Ross me abrazó y yo me reía. Ross no desaprovechaba la oportunidad de un abrazo. Comimos rápido y Ross salió corriendo. Entonces volví a hablar con Nancy. 

-¿Nancy hasta que hora estas aquí? No te preocupes, te haré caso.

- Hasta después de la merienda. 

-¿Cuánto tiempo necesitan los guisantes para desconjelarse? 

-Unos quince minutos. ¿Ya estás haciendo de las tuyas?

- Esta mañana me asustó y no debió hacerlo. También necesito una bandeja metálica con papel de plata y un vaso grande. 

-Entonces aquí tienes las llaves de la cocina. Esta noche no estoy. 

-Gracias Nancy mañana por la mañana te las traigo. 

Metí las cosas en una bolsa junto a los platos de plástico para esta tarde. Me fui arriba y llamé a la habitación de Ross. 

-Venga que me tienes que enseñar el dibujo. 

Abrió la puerta. 

-Huy se me olvidó en tu habitación. 

-Voy a por él. - dije yo, porque sabía que Ross no quería que yo lo viera. 

-¡Noo! Dejame la tarjeta y yo iré por él. 

Le di la tarjeta y se fue. Tendría que hacerlo rápido. Puse una bandeja metálica y un vaso de agua el el centro. Luego le metería los guisantes. Me senté de nuevo en mi sitio. Ross llamó a la puerta. Fui a abrirle. 

-¿Porque no abres con la tarjeta? 

-Con las prisas me la dejé. 

Tendría que irle con el cuento al jefe para que me diera la tarjeta maestra o una copia de la de esa habitación. 

-Venga quiero ver el dibujo. 

Me enseñó el dibujo y era muy bonito. 

-Vaya se te da muy bien. 

-Lo único que tenía que hacer era el perfil y poner sombras. Toma te lo regalo. 

-Ohh gracias. - 

Me quedé mirando el dibujo. Este dibujo era muy bonito. Ross dibujaba muy bien. ¡Era yo! La idea de que Ross me eligiera para dibujarme no se iba de mi mente. Este hombre me alegraba el día. No solo hoy, sino todos los días desde que llegó. Esta bien, tengo que admitirlo, me enfadé con el por lo de la primera noche. Pero le entendía. También me había hecho llorar. Se ve que lo de Rydel le afectó mucho. Esta mañana aunque no me sentó bien lo de la broma (y pensaba devolvérsela) también me había divertido mucho. La frase que me dijo anoche Ross me vino a la memoria. "Me sienta bien estar contigo" y a mí también me sentaba bien estar con él.

-Tengo que ir a hablar con el jefe para lo de esta tarde. Si no me deja habrá que hacerlo a escondidas.-dije dándome cuenta de que Ross me miraba embobado.

-Podemos hacerlo aquí. Tu jefe no se meterá en mi habitación.

-Vale. Llevo el walkie por si acaso. 

Salí de la habitación y me encontré con las carteras. Genial, lo ultimo que necesitaba eran sus cartas. * No, ahora no*

-Hola Ana. 

-Hola chicas, ¿que tal estáis? 

-Bien. Esta semana te toca de tarde por lo que veo ¿no?- Me dijeron ambas a la vez, parecían una sola persona.

-Si. - Le di al botón del walkie para que Ross lo oyera. Por si lo habían reconocido. -¿Porque lo dices? 

-Hoy en el recreo estuve un tu oficina y no estabas, y ¿sabes una cosa más? -Dijo una de ellas mirando a la otra. *Esto me da miedo*

-El qué. 

-Me encontré una sudadera que no es tuya.-dijo la segunda. 

Me la enseñó. Era la de Ross. Era hora de hacer de actriz. 

-Ohh gracias, la habéis encontrado. Por un momento pensé que la había perdido. 

-Y cuentanos. ¿Quien es tu novio? -me pillaron desprevenida.

-¿Novio? 

-Si, la sudadera es de hombre. 

-Ahh, no. Ja ja. Eso es por que es de un cliente que me pidió que la llevara a lavar. ¿Sabéis? Creo que me habéis salvado el cuello. 

-Ya, entonces ¿quién era el que estaba ayer contigo? 

-Es mi primo. Me he pedido las mañanas para estar con él antes de que se valla. 

-¿Entonces, no tienes novio todavía? 

-No. ¿Me estabais buscando?

-Ahh si, era porque mi prima se viene a vivir al pueblo, para que me des los papeles de la matricula. 

-Ahh vale. Ven conmigo. - Volví a darle al botón del walkie. 

Me alejé y llevé a las niñas a mi oficina. 

-Toma, dile a tu tía que cuando la rellene me la dé. 

Me despedí y fui a la oficina del jefe. 

-Necesito la tarjeta maestra o una copia de la tarjeta del señor Lynch. 

-¿Para que? 

-Porque al señor Lynch se le olvida la suya y se queda en la calle. Ya le ha pasado varias veces. La señora de la limpieza le abrió esta mañana. 

-Está bien le daré mi tarjeta de esa habitación. Recuerde que cuando el señor Lynch se valla quiero verla aquí. 

-Esta bien señor. 

Me fui a la habitación. Estuve preparando todo para la merienda.

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Bueno lectoras aquí otro capitulo. Este va dedicado a una gran amiga, Sandra Ready Set Rock. Bueno esta sería la tercera parte del maratón de cuatro partes. Mañana la ultima de este maratón. 

¿Que pensáis de este capitulo? 

Huy que enigmática Nancy. ¿Quien dará la orden? 

¿Cual creéis que es la venganza de Ana? 

Besitos a la R5Family, a las Rossers y a las R5ers. 

R5er 4ever!